miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Interviú.

El lunes después de ese finde en el que logré el SI de mis viejos, fui corriendo a la empresa por la cuál me había decidido. La agente de viajes, Marta (la número 1), me explicó de nuevo todo lo que debía pagar y cuáles serían los pasos a seguir:
1) Entrevista de prueba por parte de ellos como para chequear que tenés el mínimo indispensable de inglés (en esa semana).
2) Pago de la seña (en esa semana).
3) Entrevista con el empleador vía skype (dentro de una o dos semanas, según confirmaran desde E.E.U.U.)
4) Visa (después de recibir el formulario DS, que es el habilitante para entrar al país).
5) Comprar los pasajes (cuando ya tenés tu visa en mano, obvio).
6) Comerse los mocos hasta diciembre.
7) Viajar.
También me recomendaron comenzar ya el trámite del pasaporte para tenerlo cuánto antes. Volví contento a casa y empecé con lo primordial: el inglés. Yo había estudiado muchos años (desde los 7 aproximádamente hasta los 16), pero desde aquel día que dejé las clases, nunca más hablé en inglés y el skeaking, justamente, fue siempre lo que más me costó. Así que busqué un profesor particular por la web y ese mismo día fui a tomar la primer clase.
Resultó ser profesor de pole dance también, así que después de enseñarme unos trucos en el caño nos pusimos con el inglés. Como fue la primera, dimos un repaso general de gramática bastante rápido y me hizo hablar un poco para testarme como estaba y según él estaba re bien. Acordamos dos clases por semana hasta la entrevista y después de ahí sería una sola semanal sólo para practicar speaking.
Volví a casa contento cuando de repente, me llaman de la agencia de viajes para decirme que el jueves había una feria de trabajo (así le llaman a las entrevistas) y estaría bueno que participara. ¡¿JUEVES?! Quedan dos días, no practiqué nada de inglés, nooooooooooooOoOoOOoaooOoaoaodsfmdbknujgfvdc. Pero Marta me dijo que estaba bueno probar, de última si no quedaba seleccionado, iba a haber otras ferias, bla bla. Entonces dije sí. Al otro día me mandaron un documento con la información del empleador que me había tocado y el laburo que iba a hacer. Era un resort ubicado en el estado de Montana. Lago, montaña, nieve, todo un sueño. El trabajo era en un restaurant. Me daban a elegir entre ser gerente o hacer actividades varias onda pelar papas, ser mozo y esas cosas. Obvio que elegí la segunda para darle más adrenalina a la cosa (? También te aclaraba que el housing te lo ofrecían ellos mismos y otros detalles como pase libre para skiar y hacer snowboard gratis :D
Así que con todas las pilas me puse a practicar inglés y algo de chamullo para ganarme la entrevista. Y en un cerrar y abrir de ojos... ERA JUEVES. Ya. Que nervios. ¿Qué hago? ¿Qué me pongo? ¿Pollera amarilla o rosa? Ay, mucha presión para mi. Tenía que estar a las 14 en la agencia y como nunca, eran 13.55 y yo esperando en la puerte. Me encontré con otros diez chicos que iban a participar en la feria y nos pusimos a charlar. Entre todos ellos, dos iban a ser entrevistados para el mismo lugar que yo: Joaquín y Vane. Agenden esos nombres porque seguro van a ser mencionados seguidamente en este blog. AH RE QUE NADIE LO LEE PERO BUENO.
Después de ver un video introductorio, empezaron a pasar de a uno para ser entrevistados. Yo obvio que quería ser último. Hasta la mitad todos salían con cara de "me contrataron" pero claro, ¿qué estudiás? ¿TRADUCTORADO? ¡¡¡Así cualquiera hijo/a de puta/o/e/i!!! Así que los agarré y les pegué un par de patadas en el piso por vivos. Hasta que salió uno que estudiaba Marketing y tenía un nivel basiquísimo de inglés, con la misma cara. So, ¿qué hago comiendome las uñas? "Ya fue, paso yo", le dije a Marta. Entré a la habitación y allí estaba. En la punta de la mesa. Esperándome. Era la notebook y yo. Yo y la notebook. Se escuchaba el ruido de teclado. ¿Cómo es eso de que vos, entrevistadora, estás chateando en Facebook antes de recibirme a mí? A MI. Onda, me senté y empecé a putearla por irrespetuosa. Miti castellano, miti inglés. Luego me tranquilicé y empezamos con lo nuestro. 
Al principio estaba nervioso pero después me relaje y hasta le mandé algunas cordobeceadas al medio jaja. La verdad que muy piola la mina. Las preguntas fueron re simples del tipo qué estudio, donde vivo, qué me gusta hacer, por qué siento que podría realizar el trabajo, por qué quiero ir a Estados Unidos, qué gusto tiene la sal y esas cosas. Cuestión es que en media hora, poco más, poco menos, llegó a su fin la entrevista y la bendita frase: "Congratulations, you got the job". Y nada, imaginensé, ahí salté, me puse en bolas, le hice un helicóptero por cámara a la entrevistadora, rompí la notebook, la mesa y salí. Si señores, oficialmente ya tenía trabajo. Ahora, próximo paso: La Visa.

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